Duerme
mi niño
duerme.
Duerme
mi niño
y
sueña.
Mece
la madre al niño,
al
niño que lloriquea,
las
tripas que le resuenan
de
puro vacías.
Duerme
mi niño
mientras
hago la cena.
Duerme
mi niño
y
sueña.
Y
la madre en la olla con agua
echa
una gruesa piedra.
Sonríe
el niño y palmotea
con
un feliz sonrisa.
Ante
la cazuela que borbotea
y
el fuego que el hogar ilumina
sueña
la criatura en su comida
y
también la madre sueña.
Y
sueñan con dorado pan
y
manteca y blanca leche.
Y
sueñan con sopa caliente, espesa
que
al cuerpo reconforta.
Sueñan
que comen ricas cosas.
Sueña,
mi niño, sueña
le
abraza la madre
y
el niño sueña
con
la tripa caliente
con
la suculenta sopa.
Corre
el niño corre,
con
el ángel que se le lleva.
Su
manita pequeña iluminada
de
polvo de estrellas.
Se
le lleva el ángel
a
donde siempre hay caliente sopa
y
las piedras son de pan
donde
los niños sueñan y sueñan
para
toda la eternidad.
Ya
ha llegado el alba
!Oh
mi niño, que sonrisa!
es
hora de despertar.
!Oh
mi niño, ya no estás!
Llora
la madre llora
ante
la cazuela vacía
y
la piedra en medio al agua
y
el fuego ya en grises cenizas.
(Historia
real contada por una madre.
La
piedra en la sopa para distraer el hambre)
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